PUIG MARI, LA INMACULADA.

Buena salida para disfrutar hoy de nuestros colegas Jesbae y Raúl, además de nuestros buenos amigos Indios Bikers que de buena mañana ya aparecieron en nuestro camino cuando esperábamos al resto del grupo. Foto de equipo para inmortalizar el encuentro y cada uno por su lado.

Ahora empieza nuestra ruta particular, a las 8:30 nos ponemos en marcha con los bikers que nos acompañaran esta bonita mañana de otoño, soleada, pero con un frío que pela. No tardamos en elegir camino. En el aire dos propuestas ¿ fortaleza de Hostalric, o Puig Mari de Maçanet de la Selva ? pronto elegimos una; nos decantamos por el Puig Mari, lugar que enseñaremos a nuestros amigos para que disfruten del paisaje y del camino.

Llegada hasta Tordera por el parque fluvial hasta coger la pista que nos acerca hasta las masías cercanas a la comarcal de Fogars, allí quedamos sobresaltados con lo que nos encontramos.
El BMW que hace aproximadamente dos o tres semanas, quedo atravesado y empotrado en el mismo arcén de la NII, justo en el cambio de provincias entre Girona y Barcelona. Precisamente fuimos testigos del accidente cuando aquel día, plegabamos de trabajar a las 22: 00 horas de la noche. Ay, lo que son las cosas!!!!

Después de inspeccionar semejante amasijo de chatarra, volvemos a nuestro pedalear constante, subiendo hacia el campo de tiro y disfrutando de verdes y bonitos paisajes, como se nota que nos acercamos a la comarca de la Selva. Por fin, dejamos un poco de lado el Montnegre para visitar otras panorámicas que espero gusten a mis amigos.

El gozo, el disfrute, la amabilidad de mis compañeros me hacen sentir en todo momento muy bien, no reparando en hacer paraditas para fotografiar detalles y donde la curiosidad nos hace investigar en una masía abandonada y trasladarnos un poco al pasado mirando la hora en ese viejo reloj de sol.

Otra paradita en las cuadras para observar los esbeltos corceles y donde panchito, un perro muy sinpatico, nos da la bienvenida un poco antes de coronar el pequeño volcán que fue el Puig Mari en el pasado mas remoto.

Subidita aceptable para encontrarnos con el fites que nos dirige hacia la derecha adentrandonos en el duro sendero plagado de piedras, zarzas, tierra volcánica forrada de un verde manto herbal y donde las burritas han tenido que ser arrastradas en algunos tramos.

Por fin, coronamos la cima donde las vistas hablan por si solas y donde nuestra señera, como símbolo de la coronación esta hoy ausente. Lastima, me hubiese gustado que nos hubiera acompañado en nuestro repertorio fotográfico.

Cuando subes aquí, no puedes dejar de firmar en el curioso libro de visitas; es el ritual que acompaña a la gente que corona la pequeña montaña de 235 metros. Eso es lo que hemos hecho nosotros, a parte de almorzar nuestras barritas y disfrutar del paisaje, claro esta.
Siempre recomiendo a mis colegas que visiten este punto ¿ por que sera ?

Una vez que nos hemos aireado y hemos descargado adrenalina suficiente para volver de nuevo a la rutina diaria, Jesús decide bajar por el lado contrario del turo para investigar otro camino.
Observando entre las hierbas, bombas o piedras volcánicas donde las manitas amantes de las rutas, aprovechan para señalizar los caminos pintados con tinta o spray.

Acierto de Jesús, acercándonos al camino principal para posteriormente ir bajando todos derechitos hacia villa Conchita donde pasaremos a visitar los alrededores de la casa colonial cuya belleza realza su imponente y blanca arquitectura.

En su interior y dentro de la finca, la Inmaculada. Una ermita preciosa recién restaurada con escalinatas de piedras que dejan boquiabierto a algunos de nuestros amigos. Que maco es aixo, oigo decir a alguien mientras empuña su cámara fotográfica lanzando su objetivo hacia el grupo.

Las palomas ( setas ) también son protagonistas esta mañana. Mirad cuantas hay allí, y que buenas estarían con un poco de aceite de oliva. Ummm rico, rico!!!!!!

Después de nuestra aventura por los caminos de la Selva, entrada triunfal en Tordera para acercarnos hacia el estanque del Molí d'en Puig Vert, gozar de su entorno y observar a la grulla negra que remonta su imponente vuelo.

Paseito por los senderitos planetarios llenos de lodo y hojarascas que nos obligan a salir de allí en un plis, plas, por peligro de algún resbalon con sus consecuencias; aunque si, bonito lugar para relajarse y escuchar el silencio entre sus puentes de húmeda madera.

Fin de trayecto, husmeando entre la masía del Molí, pasando el tiempo entre maquinarias y tornos de antaño, ruedas centenarias de ejes de molino o compuertas de aguas o acequias. Que bonito!!!!!

Ruta divertida donde el tiempo no ha pasado en valde y donde todavía nos queda ir a llenar los buches para seguir conversando de nuestras cosas. Salud bikers, nos volveremos a ver muy pronto!!!!!!!

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