Primeros compases hacia tierras blanencas pasando por los caminos del modernismo dirección a Lloret de Mar. Suenan las campanas de las Alegrías, las 9:00 am, buena hora para seguir hacia el camino viejo de Tossa de Mar.
La cosa va hoy de ermitas, esta es la segunda que encontramos a nuestro paso; pero falta, la crem, de la crem; Santa Susanna de Caulés. Seguimos su ruta, Caulés; es aquí donde empieza verdaderamente lo ruíl y duro de la jornada, justo en este poste de ruta. Ay, mamma mía lo que me espera....!!!!
Empezamos a subir, 7,3 kilómetros de durisíma ascensión con el Lorenzo atizando y bien, los goterones de sudor empiezan a caer de nuestras frentes agotando en segundos los bidones de agua. Vistas muy guapas, pero pistas bien cabronas....!!!!
Bosques típicos de la comarca de la Selva, pocos sombríos, y que en verano debe ser achicharrante pasar por aquí. Hoy, sin ir mas lejos, hemos sudado la gota gorda por estos caminos. En ocasiones veíamos alguna masía, pero en si, son sendas muy solitarias a excepción de haber encontrado a tan solo a un biker, y a dos senderistas.
Mi opinión es, que en estos 7 kilómetros de ascensión la ruta ha sido muy monótona hasta llegar por fin, a Caulés. Si nos descuidamos llegamos a Cadiretes, ya que empezábamos a ver sus primeros postes de ruta.
Llega el momento de reponer energía en el cuerpo, almuerzo light con la compañía especial de esta simpática perrita.
Vuelta por el recinto, fotos, historia y vistas espectaculares desde la iglesia de Santa Susanna de Caulés. Las tumbas profanadas del pequeño cementerio, también daban algo de siniestro al lugar.
Llega el momento de seguir bajando, lo mas entretenido de la ruta, por ahora, los paisajes y caminos cambian por completo dando unas pinceladas de color a todos los sitios por los que vamos pasando.
El vuelo de la cigüeña también presente, nos acompaña hasta bien entrada la población de Vidreras hasta seguir las pistas de Maçanet de la Selva.
Volvemos ya para casa donde cogeremos el sendero pedregoso que nos acercará a los margenes del Puig Marí descendiendo sendas hacia Tordera.
Volvemos ya para casa donde cogeremos el sendero pedregoso que nos acercará a los margenes del Puig Marí descendiendo sendas hacia Tordera.
Comeremos en dicha población, en el Troco, buen menú y bien de precio. Ya tocaba, después de tantos kilómetros. En fin, y resumiendo, jornada dura, difícil, 823 metros de desnivel, 57 kilómetros totales y otra, pa la saca....!!!!
Vuelta circular recorriendo pueblos de la Selva y el Maresme con iconos y emblemas catalanes, los de nuestra tierra. Aquí tenéis la galería de fotos y un track para el que guste hacer piernas. Fuerza al pedal, bikers....!!!!