Tras nuestra visita a Castilla la Mancha, turno ahora de transitar por tierras extremeñas. Mas de 20 años que no venia por aquí, y ahora, tras una promesa que hicimos el año pasado, volvemos a pisar estas tierras de olivares, encinas, castillos y conventos.
Ruta partiendo de Higuera la Real hacia la famosa Pitera por estupendos y muy anchos caminos. Eso si, un tanto pedregosos, pero repletos de actividad agrícola y ganadera recorriendo infinidad de fincas.
Tras unos 50 minutos y habiendo disfrutado de esta tierra árida, rojiza, y de su típica fauna cruzándonos en el camino con una pareja de zorros, llegábamos al abrevadero de la Pitera.
Espectacular pilar donde el agua brotaba con fuerza por sus caños. Seguíamos un track de unos amigos de Fregenal que nos hacían pasar por el camino del chaparral.
Poco acostumbrados estamos a abrir y cerrar cancillas; un laberinto en medio de encinares, olivos y ganado nos estaban poniendo a prueba hasta que decidimos recular, aquello no era lo nuestro. Tras nuestros pasos volvíamos a la carretera que nos llevaría derechos a Fregenal.
Allí visitaríamos el pueblo, su plaza de toros estaba rodeada por las murallas del castillo haciéndola única. Espectacular....!!!!
Hicimos un tente en pie para degustar el típico montadito extremeño y continuar así la ruta hasta el hotel María Cristina. Deberíamos encontrar el camino que nos conduzca hasta Cegón, y su castillo.
Ya empezaba a darme mala espina, su leyenda habitada por un brujo denotaba en el camino cierta intranquilidad al no ver entre los cerros el dichoso castillo, que extraño....!!!!
Tuvimos que darnos de bruces con el, hasta que lo vimos ascendiendo un camino corto, pero tranquilo.
Se respiraba tensión en el ambiente, habíamos llegado, penetrábamos con nuestras cámaras al corazón del castillo, aquellas bañeras de mármol en medio de una estancia nos dejo con la boca abierta. Tenían mas de cien años, seguro....!!!!
Antonio subió arriba a la azotea, fotografió todo lo que tenia a su alcance, yo esperaba su regreso de inmediato cuando me sorprendió el chirriar de una puerta; que raro, ese día no hacia nada de viento.
Los pelos se me pusieron como escarpias, me asuste un poco, no se si por las leyendas o por el subsconciente que me jugo una mala pasada, lo cierto es que no estuvimos mucho tiempo por allí.
Tras nuestra visita volvíamos de nuevo a Higuera por el camino de Aguasanta hasta la calle el Sabio donde nos hospedábamos.
Jornada de btt muy guapa, un tanto misteriosa y regada después con un par de birras y una comida en la Chácara....!!!! aquí os dejo todas las fotos y un track muy guapo del misterioso castillo de Cegón.
Ufff, lo mismo nos pasa a nosotros cuando visitamos El Palacio de los Gosalvez, aquí..., cerca de La Roda y Fuensanta. Son edificios dormidos que no cuentan toda la verdad y que esconden más mentiras funestas de lo que nos gustaría saber. Salir de esos sitios es lo que es menester.
ResponderEliminarUn saludo desde El Llano.