SANT PERE, MARTORELL DE LA SELVA.

Salida muy matinera; a pesar de la hora que es, 7:30 de la mañana, no penséis que el fresquito de esta hora va ayudarnos a poner rumbo hacia nuestro destino marcado en el mapa para la ruta que presentamos hoy. Ya de buena mañana y subiendo las primeras rampas hacia Maçanet, ese calor húmedo y enganchoso nos va a dar buena cuenta del día que vamos a pasar pedaleando por esos caminos de arena, a veces pedregosos, solitarios, incluso desérticos y hoy mas porque ni los
lagartos han querido salir a ponerse morenitos.
Sabemos que la ruta de hoy sera larga y la queremos ir disfrutando a nuestra manera; sin dejar de pedalear, iremos observando las grandes masías que siempre están a pie de camino, pasaremos por el Puig Mari, un lugar que siempre recomendamos que visiteis por las vistas tan bonitas que nos ofrece esta montaña; pasaremos también por el castillo de Torcafello dejándolo a nuestra izquierda y así llegar hasta el pueblo de Maçanet de la selva. Una vez allí, enlazaremos con la C35 para dirigirnos hacia Martorell de La Selva, carretera tranquila que vamos haciendo dejandonos disfrutar también de cosas interesantes; como por ejemplo, la torre Marata, los campos de cultivos que son muy extensos por esta zona y como no, de la tranquilidad. A pesar de que ahora vamos circulando por asfalto, no vamos nada mal; apenas hay circulacion de vehículos y eso se agradece bastante.
Llegamos al punto donde deberemos desviarnos a nuestra izquierda, los carteles indicadores nos guiaran hasta encontrar las reliquias del pasado que en ocasiones nos cuesta encontrar hoy no puedo decir lo mismo. Una vez que visitamos la zona, hacemos unas fotos y comemos nuestras barritas energéticas, emprendemos de nuevo la marcha; cada vez hace mas y mas calor y deseamos llegar a casa cuanto antes se que todavía nos quedan 8 kilómetros hasta el pueblo de Hostalric, pero antes deberemos pasar por Massanes para posteriormente enlazar con el camino de la tordera y acercarnos hasta Sant Cebria; donde haremos una breve parada para repostar agua. De aquí ya directos a Tordera y con el calor abrasante y el trasero dolorido llegamos hasta la meta de Palafolls, 53 kilómetros de autentica magia betetera, disfrutando unos caminos intensos y polvorientos acompañados en ocasiones de el aroma y el frescor de los pinos y en ocasiones espolvoreados de blanco con el polen que dejan nuestras flores y plantas en esta época del año.
Ruta circular, guapa y muy entretenida; sin duda alguna, para repetirla!!!!!!!!!